La violencia intrafamiliar no
solo ocurre, en el marco de las relaciones de pareja o como maltrato hacia los niños,
también incluye la violencia hacia los adultos mayores (abuelitos).
Los adultos mayores, juegan un
rol muy importante dentro de nuestras familias.
Nuestros abuelos
y abuelas: Son personas sabias, bibliotecas vivas, que merecen nuestro respeto.
-Acéptalos: La vejez es un estado natural
de la vida y con sus características propias. Si se equivocan o ya no pueden
hacer bien ciertas cosas, ellos no lo eligen y ya se sienten mal por ello. No
los hagas sentirse peor aún.
-Llámalos: Si
no viven en tu casa, mantente en contacto con ellos a través de llamadas, video
llamadas. Exprésales cuánto los amas.
-Sé muy paciente: Ante
sus preguntas reiteradas, sus olvidos recurrentes, no les alces la voz ni los
critiques. Intenta ser paciente.
-No los fuerces a hacer actividades físicas: A
veces, y aunque no tengas la intención, puedes apretarle fuertemente un brazo
para que tu padre o abuelo suba esa escalera más rápidamente. Recuerda que ya
no tiene la agilidad que tenía antes. Cuando en la casa conviven generaciones
distintas, debemos respetar las características de cada uno de ellos.
Las actividades que a ti te agradan puede que no agraden a tus
familiares mayores y viceversa. En definitiva, es necesario fomentar el
valor de la tolerancia en el hogar.
-Respeta sus horarios: El respeto es la
base para evitar cualquier tipo de violencia. En el caso de los ancianos, y
dado que no tienen un horario de trabajo que cumplir, por ejemplo, puedes
pensar que no tienen ninguna otra rutina por hacer.
No es así, ellos
tienen sus horarios y merecen ser respetados. Si tú los has llevado a vivir
contigo, eres responsable de esa decisión y nada justifica que tengas que
“cobrarle” el favor.
-Escucha a tus adultos mayores: Una
forma clara de violencia, especialmente con los ancianos, es no escucharlos.
Lamentablemente, puedes ser de
los que piensas que no tienen mucha cosa útil de la que hablar. Pero ellos
necesitan expresarse y mucho más aún, sentir que son escuchados.
La indiferencia es una cruel
forma de violencia.
Creo que es muy importante enseñar a los niños el amor y respeto por los abuelitos ya que algún día todos seremos ancianos por eso debemos tratarlos como queremos que seamos tratados en el futuro.
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