jueves, 3 de septiembre de 2020

¿Cómo construir un entorno que proteja a niñas, niños y adolescentes del ciberacoso?

En redes sociales nuestros hijos interactúan con otras personas y desarrollan diferentes habilidades. Sin embargo, en el entorno digital se ven expuestos a diferentes situaciones que los ponen en riesgo, como el ciberacoso.

Este es un tipo de intimidación en el que se usan medios y dispositivos electrónicos para dañar a alguien a través de agresiones que pueden ser repetidas, en las que hay un desbalance de poder. Además de dar una falsa sensación de anonimato, puede darse en cualquier momento y difundirse rápidamente.

A continuación, compartimos algunas herramientas para ayudar a nuestros hijos a convertirse en ciudadanos digitales críticos, conscientes y respetuosos.

¿Qué podemos hacer madres, padres, cuidadores y educadores para prevenir el ciberacoso?

1. Establecer normas, protocolos para estas situaciones y reglas de interacción que apliquen dentro y fuera del entorno digital (ej. comportarnos igual en lo real y lo virtual, ser empáticos o aprender a decir “No”). 

2. Explicarles, de acuerdo a su edad, lo qué pueden y no pueden hacer, así como las consecuencias lógicas de no cumplirlo.

¿Qué hacer si mi hijo es testigo de una situación de ciberacoso?  

En el ciberacoso, el agresor no es el único involucrado. Compartir, comentar, dar “Me gusta” o guardar silencio validan el ciberacoso.  Estas agresiones hacen sentir a la víctima impotente y sin esperanza; los testigos pueden hacer la diferencia y mejorar la situación.

Por eso, es importante mostrarles a nuestros hijos que ellos pueden promover una sana convivencia en las redes y defender a la víctima brindando palabras de aliento, manifestándole abiertamente su apoyo, bloqueando, guardando la evidencia e informando a un adulto de confianza.

¿Qué hacer si me doy cuenta que mi hijo está acosando a alguien? ⋅

  1. Aceptar lo que está sucediendo y evitar ignorarlo o restarle importancia. 
  2. Frenar el comportamiento inmediatamente, independientemente de quién haya empezado. ⋅
  3. Hablar con ellos, sin juzgarlos o irrespetarlos, para que comprendan el daño que están haciendo y para entender las razones por las que ellos actuaron así. ⋅
  4. Preguntarles cómo pueden reparar el daño y ayudarles a definir la mejor forma de hacerlo. 
  5. Monitorear su actividad y construir normas claras para comportarse en línea, definiendo las consecuencias de no cumplirlas.

  

¿Qué hacer si mi hijo está siendo víctima? ⋅

  • Escucharlos y validar su perspectiva.
  • Nuestros hijos deben estar seguros que al confiarnos esta situación, vamos a intervenir de manera lógica y racional y no vamos a empeorar la situación. 
  • Guardar la evidencia (correos electrónicos, mensajes de textos, comentarios). 
  • Reportar éstas y otras situaciones de riesgo.

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